Mercancía de conciertos, cuando lo oficial deja de ser lo mejor

Mercancía de conciertos, cuando lo oficial deja de ser lo mejor.
Autora: Elia Rebollar Rodríguez
Hablaremos de la importancia que han ido adquiriendo los souvenirs de conciertos como un recurso para generar mayores ingresos a una banda en estos tiempos donde la música busca nuevas formas de venderse volviéndose una mercancía que más allá de un gusto personal se le atribuye un significado y un valor de carácter sentimental haciendo que los souvenirs se vuelvan algo indispensable en las experiencias o eventos que vive cada persona de manera que esta no olvide que estuvo ahí, hablaremos también de la variedad que se ofrece a un público que no posee los recursos monetarios para adquirir mercancía oficial ofreciendo productos originales y atractivos, con una calidad media y en muchos casos mejor que lo original así también la manera en cómo un producto oficial  se ha visto rebasado por la piratería como consecuencia de su estancamiento y falta de propuestas, limitándose a un producto base y fijo para solo un pequeño porcentaje de su público que cuenta con el dinero para consumirlo, trataremos sobre la postura del consumidor y el peso y valor que le otorga a cada aspecto inclinándonos hacia la parte del trabajo y proceso creativo así como las cuestiones que conforman una empresa y las repercusiones que tiene este tipo de comercio informal sobre las empresas que se dedican a comercializar lo oficial, también haremos énfasis en la poca o casi nula competencia que existe a día de hoy en este mercado de mercancía oficial cuyo público consumidor está abierto a múltiples propuestas.
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La mercancía de conciertos o también llamados souvenirs es algo que fue tomando importancia y fuerza en el público consumidor, llevándolo a un extremo en donde se dejó de lado el comprarlos por lo estético o atractivo que puedan ser, más allá de eso buscan ser un recuerdo permanente de un evento del que el consumidor fue participe.
Han ido adquiriendo diferentes significados, pero el más fuerte es el contarnos una historia, todo este mercado se ha visto dividido en dos bandos que ofrecen productos de calidades y prestigios diferentes al consumidor, empresas que venden mercancía oficial y el comercio informal o piratería, al final el consumidor siempre se verá influenciado por el precio pues este resulta ser uno de las principales limitantes a la hora de adquirir un producto.

Hoy en día es bien sabido lo complejo que resulta venderse en el mercado, más en la industria musical pues esta ha ido adquiriendo más limitantes. Con el paso del tiempo se ha incrementado el sector de la población con acceso a internet de manera que las posibilidades de consumir música fueron cambiando, teniendo al alcance la opción de descargarla sin ningún costo, trayendo consecuencias económicas importantes a esta industria. No son las grandes giras o las ventas de discos lo que les genera ingresos, por lo que aprendieron a venderse de otra manera, convirtiendo a su banda en una marca, volviéndose mercancía que alguien pudiera portar y llevar consigo, un recuerdo, una historia que contar.
Todos alguna vez hemos visto o incluso adquirido un souvenir de algún evento, festival o concierto, con el fin de llevarnos algo que nos recuerde que formamos parte de ese momento en la historia, es esta compra muchas veces impulsiva la que ha permitido que muchas bandas se sigan manteniendo, por ello la importancia de conocer bien a su público, de ofrecer algo original, algo que sobresalga, porqué pareciera que termina convirtiéndose en un escudo.
Es interesante pensar ¿En qué momento cobraron tanto significado los souvenirs? Pareciera impensable para muchos asistir a un evento sin llevarte un recuerdo, algo que avale que estuviste presente y formaste parte, está claro que este fenómeno se relaciona con el apego material y emocional que ha estado presente en el ser humano, creamos conexiones y por ello terminan volviéndose parte de nosotros, de nuestra vida, el significado cobra más peso que la utilidad material de las cosas. El investigador de consumo Russell Belk (1988, pág. 139) observó que "no podremos comprender el comportamiento del consumidor sin que primero comprendamos el significado que los consumidores otorgan a los bienes".
Esta mercancía que se convierte de edición limitada, porqué resulta difícil imaginar encontrarla en otro sitio y muchas veces en ese precio, ha ido ampliando su oferta, en un principio se comercializaba la típica playera con el logo de la banda y en algunos casos el lugar del evento o gira y la fecha, una mercancía bastante sencilla, pero sin dejar de cumplir su objetivo, comunicar lo necesario e importante, recordarnos ¿Qué?, ¿Cuándo? y ¿Cómo?, al final una playera básica unisex con una serigrafia sencilla.
Podemos percatarnos que la mayoría de las bandas han entrado en este mercado, pero pocas son las que destacan por la calidad en sus productos, así como la variedad que ofrecen de ellos, muchas siguen estancadas comercializando playeras de una calidad que no es la mejor, con cortes sencillos y a precios elevados, muchas otras caen en reducir su oferta a un solo diseño plasmado en una variedad de objetos o prendas resultando poco atractivo para el consumidor.
Esta mercancía suele venderse en el interior de los recintos dónde se dará el concierto u evento, con un precio que la mayoría del público no tiene la posibilidad de pagar y ofreciendo pocas piezas, dándole el carácter de "edición limitada".
Podemos contrastar este escenario con lo que pasa a las afueras del recinto, pequeños puestos ambulantes, algunos bien montados y muchos otros simplemente instalados en el piso, pero todos ofreciéndonos una gran variedad de productos, mucho más amplia, más original, con más variedad y calidad a un precio que se encuentra más al alcance del consumidor, el cual incluso puede mejorar al término del evento.
Son razones suficientes para que el consumidor se vea seducido por mercancía "no oficial", la cual por mucho que sea mejor no deja de ser piratería. Es mercancía que más que producida es realmente pensada para su público, para ser aceptada y consumida.
La mercancía oficial termina resultando una propuesta simple, limitada, que queda muy lejos de ofrecernos algo atractivo y original, como si fuera la única opción y por ello fuese a ser consumida por la fidelidad que podamos tenerle a la banda.

Lo oficial ha sido totalmente desplazado por la piratería, dando paso a que los propios artistas volteen a ver qué es lo que la piratería está ofreciendo a su público, no es novedad que el staff o los artistas se interesen en conocer lo que se ofrece allá afuera, uno de los casos más recientes lo protagonizó el cantante Sam Smith quien decidió infiltrarse y dar una vuelta a las afueras del recinto dónde daría un concierto para encontrarse con mercancía que no se imaginaba portaba su imagen y nombre, el cantante no se pudo resistir a adquirir algunas cosas y posteo una foto en su cuenta de Instagram dónde se le ve mostrando sus nuevas adquisiciones.
 
Es amplia la cantidad de diseños diferentes que se ofrecen al mercado, diseños que superan las propuestas oficiales, diseños que destacan y que han ido cobrando valor e importancia, así como un reconocimiento por los propios artistas, prueba de ello esta "Mercadorama" quienes son un colectivo de artistas gráficos que se dedican a vender mercancía oficial y serigrafías  hechas a mano para bandas y festivales principalmente de artistas latinos y mexicanos, Ahmed Bautista (2016) afirma que algo que lo representa es el "coleccionismo" y asegura que "un producto oficial de edición limitada le puede dar dinero a todos los involucrados sin tener que ser piratería" él define todo lo que engloba al colectivo en una sola palabra "colaboración".
Ellos querían que existieran cosas oficiales en un país donde la reventa y la piratería es visto como algo normal, que lo oficial fuera una fuente de ingreso y algo que el fan quisiera adquirir. Ahmed Bautista (2016) afirma que "El diseño o la complejidad del diseño no es lo que dicta el valor de la prenda, lo que dicta el valor de la prenda es que sea oficial y que haya un trabajo atrás".
En México no existe una competencia real, con la creación de más empresas como esta podría aspirarse a que más bandas se animen a trabajar con otros artistas gráficos de manera que se ampliaría la competencia en el mercado.
Desde el punto de vista de un consumidor siempre se reclama un precio menor al propuesto por el vendedor, sin reflexionar todo lo que esa prenda o producto tiene implícito detrás de su elaboración, la mercancía pirata nos puede ofrecer en algunas ocasiones mejores productos a un menor precio por qué no tiene que pagar a todo un equipo, se limita únicamente a un taller que le generará la mercancía, no paga sueldos, seguros médicos y mucho menos impuestos.
La piratería nos puede ofrecer buena mercancía, pero no deja de ser comercio informal e ilegal, al final lo que estas consumiendo no es oficial y, por lo tanto, aunque resulta más accesible no es bueno. Como consumidores debemos ser más exigentes y fomentar un consumo responsable y ético, dando apertura a un mercado en el cual más empresas como Mercadorama se percaten de que puede ser sostenible y rentable, generando beneficios para ambas partes y no propiciando que las empresas o colectivos ya existentes decaigan.
Si ampliamos la competencia, a nosotros como consumidores se buscará ofrecernos mejores propuestas, sin caer en limitaciones como ya hemos visto, recordemos que es bien cierto el dicho "lo barato sale caro".
Desde el punto de vista de un diseñador este tipo de problemática es algo que padecemos mucho, pues muchas veces nuestro trabajo no es considerado con el valor necesario para ser remunerado, de manera que el esfuerzo que hacen bandas o marcas por muy pequeñas o grandes debe ser respetado y valorado, sabemos que no estamos cobrando en su totalidad por el producto final, estamos buscando el pago por todo el trabajo que implico llegar a ese resultado y eso está estrechamente ligado a este tipo de problemática, la forma en que lo oficial puede ser desplazado y reemplazado por algo que no tiene el mismo trabajo es una situación que en nuestra profesión es muy común pues muchas veces el consumidor no se va por lo que es correcto sino por aquello que le resulta más económico, aunque en algunas ocasiones la calidad de la mercancía pirata supera la oficial, al consumidor termina ya no importándole que tan bueno es lo que se está consumiendo e incluso en una comparación les asigna el mismo valor diferenciándolos por el precio.

Referencias:
·         EL SIGNIFICADO DE LA MARCA
COMO Y POR QUE PONEMOS SENTIDO A PRODUCTOS Y SERVICIOS, Batey, Mark, Granica, 2013, 01 ed., Colección: MANAGEMENT COMUNICACIÓN, ISBN: 978-950-641-729-1, 351 páginas,
RUSTICA.

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