Los Millennial
César Borja
Contexto Posmoderno
Durante la última veintena del siglo XX, tuvo lugar un cambio radical en el régimen social, económico y cultural, conocido en sociología como posmodernidad. Fue la época del desencanto –en contraposición con la modernidad-, en que se renuncia a las utopías y a la idea de progreso. Hay una ruptura con los macrorrelatos, por lo que se desacralizan la política y los grandes líderes, y se ponen en tela de juicio las grandes religiones. Como consecuencia, desaparecen las grandes figuras carismáticas y surgen infinidad de pequeños ídolos cuya permanencia dura hasta que surge otro, más novedoso y atractivo.
Dentro del pensamiento posmoderno, el reconocimiento de las diferencia –entendidas como una multiplicidad de identidades culturales o realidades que existen en nuestro planeta- genera la conciencia de que somos solo una cultura entre otras, y da pie a una idea clara de pluralidad. Esta pluralidad nos habla del fin de la idea de una razón universal unificadora, y de múltiples racionalidades, de muchas maneras de observar y percibir el mundo.
Al aceptar la diferencias entre las racionalidades y vivir en un mundo plural, es inevitable caer en la trampa del relativismo: si no existe una razón unificadora de valores y conocimientos, lo que cada quien crea será válido, según la cultura o realidad en que se viva. Esto de alguna manera genera un vacío de ideales en el que no existe un modelo de perfección humana, un tipo ideal. El relativismo se opone, así, al universalismo propio de la modernidad que planteaba como tal una escala de valores absolutos sin lugar en la sociedad plural.
Por otro lado, como lo ha dicho el filósofo Gianni Vattimo, los medios de comunicación masiva son un factor decisivo para conformar y entender a la sociedad posmoderna, ya que muestran las diferentes realidades con toda su individualidad y peculiaridad y han convertido al mundo en un lugar más complejo; y al mismo tiempo nos muestran irrealidades –o, en otras palabras, realidades artificiales-, que muchas veces son un producto de la imaginación de aquellos que participan en y de estos medios.
Tal vez lo que más destaca de este "fin de la modernidad" es que no hay ideologías. Como consecuencia del relativismo, de la pluralidad, del reconocimiento de la diferencia y de la comunicación en masa, y del mundo en el que "todo se vale", se acaban las ideologías, por lo menos en el sentido en el que estábamos acostumbrados en la modernidad: como un sistema ordenado de ideas.
Toda esta transformación en el régimen social, económico y cultural, instauró una lógica en la que –el crecimiento-, -el desarrollo- y –la superación- se convirtieron en los valores que moldean una nueva subjetividad social y establecen nuevos paradigmas. De tal suerte que el hombre posmoderno no puede definirse como lo hacía su par moderno: como aquel que proclamaba el triunfo de la razón y la ciencia, y que rechazaba la Edad Media y la religión por ser símbolos de estancamiento y atraso; el hombre posmoderno no se define por nada en particular: ésta es la era en que "todo se vale", y de ahí que todo sea relativo. Es bajo esta subjetividad y estos paradigmas sociales que se desarrolla la generación millennial.
La Generación Millenial
Los millenial o <<Generación Y>> son individuos que se desarrollan en medio de esta sociedad de la información y por ello, cuentan con una capacidad innata de dominio de la tecnología; poseen la capacidad de discernir y clasificar rápidamente fuentes y tipos de información e, incluso, de crear sus propias "herramientas" tecnológicas.
Crecen entre una gran cantidad de "ruido" y estímulos; pueden realizar varias actividades a la vez, como hacer tarea mientras ven la TV; escuchan música, mientras navegan en internet o envían mensajes de texto y probablemente hojean una revista o hablan con algún amigo desde el teléfono de su casa.
Nacen en familias pequeñas que ya habían asimilado el estilo de vida posmoderno, con una visión un poco más clara de lo que es necesario darle a sus hijos –educación, capacidad de autonomía y la posibilidad de convertirse en sujetos únicos y valiosos.
Típicamente sus padres son boomers tardíos o de la temprana Generación X; son niños deseados y sus padres se preocupan por su bienestar y por las consecuencias de su formación, así que conceptos como <<estimulación temprana>>, <<escuela activa>> o <<sistema Montessori>> y otras propuestas de educación que refuerzan las características únicas y el potencial de los niños, fueron un tema común en la planeación educativa de esta generación.
Para los millenial, algunos de los principales valores la autenticidad y el respeto a sí mismos; por lo tanto, buscan crear una personalidad propia y ser leales a ella. Poseen, en pocas palabras, un individualismo exacerbado. Aprendieron a consumir desde pequeños, por lo que hoy en día son consumidores experimentados que han crecido en un mundo sobreestimulado, frente a una multitud de opciones de productos y servicios. Las marcas y objetos de consumo mantienen la relevancia, se convierten en herramientas a su servicio, y las discriminan a partir de la posibilidad que un objeto les brinda de adaptarse a ellos y de la experiencia integral que estos les ofrecen, mas allá de la misma marca.
Millenial mexicanos
Para hablar de etiquetas generacionales en México, es necesario enmarcarlas en un contexto diferente: una historia nacional, un bagaje cultural y una estructura socioeconómica que plantean tiempos, dinámicas y posturas diferentes, aun en un mundo globalizado y posmoderno, cuya principal característica es la difuminación virtual de las fronteras, las distancias y las diferencias.
El contexto mexicano determina características y comportamientos distintos, los cuales dan como resultado <<Millenial a la mexicana>>, que si bien comparten características generales con sus congéneres del primer mundo, viven una realidad cultural y económica diferente.
Los estudios de Cultural Knowledge, han permitido profundizar en la esencia del millenial mexicano, y entender las peculiaridades que lo diferencian del millenial global. Si bien, los mexicanos se desarrollaron, al igual que los globales, en una sociedad posmoderna, los primeros aprendieron a adaptar su realidad a ésta. Estos individuos crecieron:
· En la era de la información rápida, concisa y digerible, sino digerida; entre medios de comunicación, que cubren cada vez más la realidad global, pero de manera superficial, acotada y acrítica.
· Bombardeados por los mensajes de la posmodernidad –rapidez, rendimiento, superación, individualidad-, a través de todo tipo de mensajes, lenguajes y códigos, y en todos los espacios en los que se desenvolvieron.
· Rodeados de tecnología que aprendieron a manejar prácticamente desde bebés, y que hace la vida más simple y, sobre todo, más rápida.
· Con la amenaza permanente a su estatus y estilo de vida: crisis financiera, inflaciones, caídas drásticas del mercado local, inestabilidad laboral de sus padres, etc.
· Como hijos de padres consentidores, así que aprendieron que la consecuencia de un error no es de gravedad, por lo que se toman sus responsabilidades muy a la ligera.
Sin embargo, se trata en general de una generación, que actualmente tiene sus necesidades resueltas y no ha tenido la obligación o presión por parte de su entorno inmediato de definir su futuro. Por esta razón, para los millenial mexicanos el futuro es difícil de visualizar:
<< ¿De aquí a diez años? ¿Cómo me veo? No sé… no me lo imagino la verdad… no me he puesto a pensar en eso… pues trabajando… pero no sé en qué… bueno es que con conseguir un buen trabajo estaría más que contento… y no sé… viajando quizá… ¿casarme? No, bueno, eso más adelante, después de viajar y eso… Pero si viviría aquí…>>>
Jorge, estudiante nacido en 1990
Esta dificultad de visualización de futuro de sí mismos está ligada también a un entorno familiar protector –construido por sus padres-, en el que confían para resolver cualquier contingencia o amenaza que el mundo pudiera presentar. Sin embargo, este grupo creció en un entorno de crisis económicas y bajo una permanente amenaza a la estabilidad nacional, familiar e individual; este ámbito cambiante y en permanente crisis no les permite establecer una planeación a largo plazo de ningún tipo.
Así, para esta generación la planeación de su futuro no es una posibilidad, y prefieren concentrarse en su formación y cultivar lazos que los ayuden a asegurar la estabilidad y bienestar económico cuando llegue el momento.
Los millenial mexicanos viven, pues, en la contradicción de un entorno inmediato <<apapachador>> que crea <<burbujas>> de bienestar –la familia, la escuela, los amigos-, y un entorno externo totalmente contrastante, que es amenazante, inestable, inseguro, violento y desconocido.
De tal suerte que el millenial mexicano no quiere salir de su casa, pues en ella encuentra la solución a sus necesidades económicas, de alimentación, vestido y protección, lo mismo que la libertad que busca para hacer dentro y fuera de casa lo que él considere.
En pocas palabras, el millenial mexicano es el <<Rey>> dominante y seguro dentro de su casa, mientras que fuera de ella es dominado por la incertidumbre, la inseguridad y el temor. Esta individuo no está entrenado para resolver situaciones por sí solo, ni para adaptarse al entorno general.
Los millenial y el mundo laboral
Para entender el peso y alcance de este comportamiento, imaginemos a este individuo, en proceso de convertirse en adulto, que se ve forzado a enfrentarse a la vida laboral, la cual forma parte de este entorno externo, amenazador e inseguro. Está viviendo un proceso, marcado por la cultura y determinado por la sociedad, que pretende llevarlo, tarde o temprano en un ser independiente. Pero el millenial mexicano no quiere ser independiente, o por lo menos no manifiesta tener muchos deseos de ello.
¿Cómo reacciona un individuo así en una situación como la que ejemplificamos?
Generalmente lo que hace es buscar esa seguridad que está en riesgo de perder. Por lo tanto, rechaza el ámbito externo, y se cobija bajo el entorno de dominio, de tal suerte que busca un universo laboral cómodo y cercano, donde tenga control y se sienta seguro.
Esto se refleja en dos búsquedas principales de millenial: en primer lugar, buscan el trabajo como fortaleza simbólica, resguardado en el entorno familiar, por ejemplo trabajando para sus parientes o incluso en la empresa o negocio familiar; la segunda es el trabajo como posibilidad, que se refleja en altas expectativas laborales y mucha exigencia ante el empleador. Se apoya, generalmente, en una alta autoestima relacionada también con la preparación académica, el nombre de la institución que provee el título y su esfera social.
Lo anterior nos sirve para dimensionar la forma tan profunda en que impactas el carácter y ser mismo de una generación. Este se traslada a todos los ámbitos en los que el individuo interactúa socialmente, y será determinante para comprenderlo como elemento fundante y fundamental de una cultura.
Como a todas las generaciones, los cambios históricos, políticos y sociales habrán de marcarlos y moldearlos de manera distinta, y de la reacción colectiva dependerá su rol y la trascendencia generacional.
Porque, a final de cuentas los millennial no son el futuro, sino el presente; cada día su influencia laboral, mediática y económica será mayor, y a la larga como sucede con otras generaciones, dirigirán este mundo.
Millennial en México: un estudio generacional y comparativo, realizado a finales del año 2009.
Gianni Vattimo. El fin de la Modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna, Milán: Garzanti 1985.
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