Tatuarse, siempre ha sido un tema muy controvertido, pues además de ser algo ajeno al cuerpo y cambiar nuestro aspecto, genera discordancia entre los estándares sociales más conservadores, entre ellos nuestra sociedad mexicana, pues bien es sabido que existían en el pasado y la gente se tatuaba no eran aceptados como hoy día. Éste cambio de concepción forma parte de un proceso social en el que podemos observar muchísimos aspectos sociales y culturales guiados por la moda y las tendencias.
A simple vista pareciera que los tatuajes pasaron de ser única y exclusivamente algo que caracterizaba a personajes indeseables, rudos, malos y que socialmente eran rechazados, eso hasta antes de que el cambio generacional sucediera. Pensemos en los tatuajes en el siglo pasado y enfocados únicamente al continente americano, donde podemos encontrar culturas que adornaban su cuerpo pintándolo superficialmente y también tatuándolo, como algunas tribus indias de Norteamérica, en esos casos los tatuajes formaban parte de rituales, fungían como amuletos protectores brindaban identidad de ser y pertenecer a determinado grupo social.
En México por el contrario, los tatuajes no se conocieron sino hasta después de la conquista, por lo que los motivos que acercaban ésta forma de <<adornar>> la piel a la sociedad mexicana eran distintos, al no haber cultura previa sobre todo el proceso que implica un tatuaje y su forma final que es permanente, era lógico que la sociedad que después poco a poco se refinaba y civilizaba fueran rechazados, primero porque va en contra del ideal que ha existido desde los griegos y los romanos, en las que la belleza y perfección de los cuerpos se basa en proporciones perfectas, líneas limpias, cuerpos sin marcas, proporcionados y ninguno de ellos tatuados, al comenzar a entender la belleza de ese modo es obvio que un cuerpo tatuado se vea como un cuerpo sucio o marcado.
Tecnología y aceptación
Dicha concepción comenzó a cambiar con la introducción de la televisión y las películas de Hollywood, que mostraban a los chicos, rebeldes y malos con tatuajes, hecho que inmediatamente identifico a los jóvenes de aquella época y que apoyados por su contexto social de vivir en una sociedad reprimida y conservadora, en la que debían de seguir roles preestablecidos socialmente aceptados, encontraron en la cultura de los tatuajes su libertad y acto de rebeldía, hasta éste punto considero que los tatuajes aún tenían un discurso entre el acto de realizárselo y traer grabado en la piel algo que fuese en contra de otra cosa.
Con el aceleramiento tecnológico y la popularización de los medios masivos de comunicación el panorama sobre los tatuajes comenzó a cambiar y adecuarse a las nuevas generaciones, para explicar esto nos enfocaremos a la televisión como medio más eficaz para la transmisión de mensajes, imágenes e información más inmediato y al alcance de casi toda la población y por otra parte la influencia del internet, su aparición en la sociedad mexicana y su impacto sobre la sociedad y en especifico en relación a los tatuajes. Primeramente la televisión como lo mencionaba antes, tenía el papel primordial de mostrar a la sociedad a través de películas y telenovelas nos mostraban los roles sociales, aquellos que se bebían seguir y cuales se debían evitar a toda costa. Los chicos y chicas malas en toda película o telenovela referían a la maldad en su forma más pura, iban en contra de la sociedad y eran considerados amenazas, pues nadie en su sano juicio atentaría en contra de su propio cuerpo, sin saberlo las mismas películas y programas de T.V. promovieron poco a poco que las generaciones más jóvenes, aquellas que en búsqueda de identidad se reflejaran en éstos chicos y chicas malas; generando así que la imagen antes indeseada se convirtiera en estandarte de la juventud rebelde. Sí bien el discurso bajo el que manejaban a las personas tatuadas era de rechazarlo al mismo tiempo creaban a un personaje que se salía con las suyas, que hacia lo que le placía, que era respetado, popular y seguido, atractivo, sensual y provocativo, todo aquello que las generaciones jóvenes ansiaban.
Por otra parte el internet nos prevé de información, imágenes y referentes de todo el mundo al instante de un clic, nos permite obtener todo sobre algún tema en especifico, lo que provoco que la gente poco a poco obtuviera nuevos referentes en relación a los tatuajes, culturas completas basadas alrededor de los tatuajes, como la yakusa o las tribus polinesias, éstos hechos incentivaron a que los tatuajes cambiaran de su significado ritual-cultural a mero modo de expresión personal, que diferencia y que a su vez permite a quien se tatué crear una piel distinta a todos los demás.
A éstos dos fenómenos agreguémosle la industria que representa el tatuaje para la sociedad contemporánea, por un lado tenemos a todos los adeptos a él, a quiénes se dedican a tatuar y a toda la industria que generan, desde programas de televisión, artefactos para el cuidado de los tatuajes, maquinaría e implementos para su creación, escuelas que se dedican a la enseñanza de técnicas, historiadores, en fin, todo un gran sector de la población depende de él.
Los tatuajes hoy día están de moda, así como lo estuvieron en épocas pasadas, la diferencia entre que tan de moda estén o no radica en nuestra edad, a la mayoría de las generaciones adultas, pensemos en nuestros padres y abuelos son la ultima línea de generaciones pos guerra (babyboomers) quienes catalogamos hoy día como reprimidos, recatados y ultraconservadores, de esa generación encontraremos un sector que a pesar de pertenecer a aquellos tiempos se identifica con las generaciones más jóvenes, no necesariamente llevan tatuajes pero los aceptan y promueven hasta cierto punto. De ella somos nosotros el resultado una generación que ha encontrado en los tatuajes una salida al aburrimiento que nos caracteriza como generación posmoderna, ya no concebimos a los tatuajes como un modo de individualización, forman parte de nuestro día a día, podemos conseguirlos casi en cada esquina , los vemos como un accesorio que complementan la imagen con la cual queremos ser percibidos por los demás que nos rodean.
No es sorprendente ni nada nuevo la influencia de los tatuajes, desde siempre han existido y desde siempre ha existido quien los haga y quien los porte, el hecho en el que éste tema toma relevancia es cuando lo tomamos como campo de análisis de tendencia, hay demasiados factores que han logrado posicionarlo dentro del gusto general social, convirtiéndolo en moda. De ellos el que considero el más importante es el campo de la moda y el vestido y de la industria textil, si bien es de los más poderosos en todo el mundo por representar a un mercado y fuente de trabajo inagotable que es necesario para cualquier sociedad que utilice ropa y se vista.
Impacto de los tatuajes en la Industria de la Moda
En el campo de la industria del vestido y la moda uno de los factores determinantes para adquirir alguna prenda o producto de vestir es el modelo, la imagen de la persona ( y por tanto personalidad) que vemos, con la que nos identificamos y por ente queremos imitar, sino fuera gracias a los modelos la mayoría de las cosas producidas no se usarían o no determinarían un público target al cual se dirigen, no existirían conceptos que refuercen el porque tal o cual prenda es la adecuada a nuestra personalidad. Es en éste punto donde los tatuajes causan controversia, pues a pesar de que los tiempos hayan cambiado sigue siendo una disyuntiva si es aceptable o no que los modelos tengan tatuajes.
Anteriormente que un modelo tuviera tatuajes era suficiente para negársele el trabajo y es que como en toda industria, en la del textil y moda existen lineamientos, nadie que intente vender un producto permitirá que el modelo llame más la atención que su producto, por otra parte implica costos de producción mayores pues puede implicar mayor maquillaje para intentar cubrirlo y dificulta el trabajo. Pero por el contrario hoy día resulta demasiado común encontrar modelos profesionales, aquellos que ocupan portadas de revistas vendidas a nivel mundial, posan para marcas de renombre internacional y se convierten en modelos no solo de ropa sino modelos a seguir, personalidades que causan controversia y que están en gran parte formados por los tatuajes.
Bien es cierto que no todos los modelos pueden darse el lujo de tener tatuajes, solo aquellos que se venden a si mismos como un producto en si, pueden y es que es cuando ya no se esta requiriendo al modelo por se atractivo físico únicamente sino por ser un enunciado que cada vez más se asimila a lo que buscan transmitir las marcas, sirve para acercarse a nuevos mercados, más jóvenes y demandantes de diferencia, en la que el producto a vender no ha cambiado en mucho, pero si la forma de mostrarlo. Es por ello que los modelos tatuados han cobrado gran relevancia, no solo logran llegar a los públicos más jóvenes, siguen captando a los mayores y además de ellos ahora representan a la sociedad en general, son como grandes frases que dicen: nos hemos logrado reinventar y seguimos vigentes aunque como antes ya había mencionado la mayoría de los productos a vender sigan siendo los mismos.
Espero que a través de éstas líneas quede claro el proceso de aceptación por el cual debe pasar cualquier cambio antes de considerarse socialmente aceptable, debemos tener en cuenta que no es un proceso que ocurra solo y sin motivo alguno, es una serie de interrelaciones en las que los cambios socio-culturales, económicos-locales, político-empresariales y de industrias generan en la sociedad, misma que exige un continuo cambio, hoy son los tatuajes, mismos que en algún momento deberán ser sustituidos por algo nuevo.
Comentarios
Publicar un comentario