Las Perlas Son Parte de la Identidad Masculina
José Angel Cortés Escobar
RESUMEN
En los últimos años se ha visto un desarrollo fundamental en la vestimenta del hombre, dejando de lado el estandarizado traje de dos o tres piezas, añadiendo nuevas prendas, formas y telas. Reestructurándolas y adaptándolas al estilo, valor, y necesidades de comunicación e identidad del individuo, estableciendo así un nuevo sistema y un nuevo lenguaje con un alto valor simbólico. ¿Cómo es que cambio la vestimenta del hombre? ¿En qué momento se resignifica la importancia de una identidad?
En este artículo me dispongo a analizar la vestimenta del hombre como punto de identidad personal y social, desde la Gran Renuncia Masculina, hasta los cambios sociales y culturales que conllevan las tribus urbanas del siglo XX, además de la significación que existe en la sociedad la forma en la que la vestimenta del hombre moderno se presenta, es apreciada y reconocida culturalmente, tomando como ejemplo la última colección de Givenchy y el nuevo ideal de masculinidad que nos presenta.
PALABRAS CLAVE
Cambio Cultural, Comunicación, Identidad, Signo Social, Vestimenta, Indumentaria.
Introducción
A través de la historia, ha habido cambios de pensamiento guiados por diferentes conflictos y reestructuraciones sociales, todas estas afectan directamente la construcción de una identidad masculina que va cargada de diferentes simbolismos. Ya sea el valor de las prendas y lo que representan o los signos sociales que conllevan ciertas vestimentas, todo forma parte de una visión que se debe de tener sobre cómo ser hombre y qué se necesita para ser hombre.
Una de las formas más naturales del narcisismo es el vestido y el interés por el vernos bien. Antiguamente el hombre dedicaba innumerables horas y energías, a verse y vestirse para la corte y la sociedad. Al ocurrir la Renuncia Masculina, este aparato de arreglo y exaltación se vio arteramente apartado a la simple observación y el conocimiento del trabajo, mientras que esta exhibición y forma de narcisismo se vio engrandecida por la exhibición femenina.
Un Poco de Historia
La Gran Renuncia Masculina[1]

Resultado de la Revolución Francesa, fue un periodo de cambio cultural y social en donde el traje del hombre era un símbolo de estátus y distinción dentro de la realeza francesa y en el cual los hombres hicieron a un lado todas aquellas formas de ornamentación y arreglo de la vestimenta masculina, como sedas, telas de colores, encajes, peluquines, zapatos con tacón, botones, lazos y moños (Apicella, 1991) (Fig. 1), reestructurándolo y redefiniéndolo, de tal forma que se perdió completamente el adorno que llevaba de la época, obligándolo a renunciar a vestir prendas brillantes, alegres y refinadas cediendo así todas las pretensiones de belleza y de una identidad. [2]
Otro de los elementos denotativos de la Gran Renuncia fue el simbolismo de la fraternidad democrática. Al perderse un traje, y una identidad, se presenta un traje que va totalmente en contra del vestido jerarquizante del régimen de Luis XVI, conservado por la aristocracia francesa y con leyes elaboradas y estructuradas con respecto a los costos y los lujos que debían de incluirse en el vestido. Este traje, en absoluto sobrio, se impone como nuevo ideal de democracia, como una identidad del hombre que va en congruencia con la situación económica, política y social del país, un traje que no destaca el rango sobre otras cualidades, un traje que simplemente va de la mano con el ideal democrático de fraternidad. (Peña, 2005)
Estrictamente se llegó a una tendencia de simplificación de diversos elementos, poderosamente reforzados, por otro aspecto además del cambio general de los ideales sociales, junto con la fraternidad, que venían de la mano con la Revolución, y es el simple hecho de que el ideal del trabajo se volvió un mecanismo social respetable.
Con esto, la identidad del hombre se vio mermada directamente al perder el traje que representaba todos los valores sociales y fue reestablecida con piezas básicas y utilitarias que reconfiguraron los signos sociales bajo los cuales se encontraba la identidad, la masculinidad y la visión social.
Así se logró una mayor uniformidad en el vestido.
Uno de los elementos de la revolución interna de la identidad masculina es la diferenciación sexual como carácter social[3]. Es indudable que la reducción y eliminación de elementos de decoro en la vestimenta masculina fue sumamente drástica, a mayor uniformidad en la vestimenta, hay mayor simpatía entre los individuos y las clases sociales. Si al nuevo modelo del traje masculino le hacen falta lirismo y romance, hay también una clara y absoluta pérdida de envidias, celos, superficialidad y superioridad (Deslandres, 1998).
El hecho de haber sacrificado y dejado de lado elementos de estética y belleza explícita, junto con toda esa elegancia característica del reinado de Luis VXI, el hombre aminoró esta pérdida destacando en su vestimenta, más que una belleza física, una belleza moral, la rectitud, propiedad y elegancia denotativa característica del hombre y todos aquellos elementos que conformas el universo simbólico del traje y la vestimenta masculina, volviéndose así un traje más serio, integro e impecable.
Una nueva capital para la moda masculina
Al mismo tiempo que ocurría esto en Francia, desde finales del siglo XVIII en Inglaterra se daba un movimiento de elegancia en moda masculina[4]. Tanto la Revolución Francesa como la Revolución Industrial no sólo fueron principal motor de cambios de toda Europa, también provocaron uno de los hitos más importantes de la historia del vestido: la creación del traje masculino moderno (Deslandres, 1998).

De esta forma la capital de Inglaterra será cuna de lo que hoy conocemos como el nuevo traje masculino y será usado por la mayoría de los hombres occidentales para el trabajo y la vida social.
Además de desarrollar todo un nuevo atuendo para el hombre, explicarán la forma de llevarlo y será justamente en Londres donde surja y se consagre uno de los principales íconos de la moda masculina, George Bryan Brummell, "Beau Brummell" (Fig. 2), el consejero de estilo y amigo del Rey Jorge IV, principalmente conocido como el precursor del movimiento dandy. (Ferris & Lord, 2012).
Al mismo tiempo que nace una nueva moda, surge una industria muy importante para el mundo de la lana y la sastrería masculina como hoy en día se conoce[5].
Al llegar el Siglo XX, nuevas formas de estructura y diferenciación en la vestimenta son claramente establecidas por Eduardo VII y Eduardo VIII. Con la Segunda Guerra Mundial y la época de posguerra, Inglaterra cede su hegemonía sobre la indumentaria masculina y entra en el mundo de la moda la vestimenta casual de los americanos. Además el auge del jazz y la cultura afroamericana traen consigo cambios significativos en la modificación del traje masculino y con esto una reforma en la identidad masculina, los valores de posguerra modificaron no solo la vestimenta, también afectaron la forma en la que el hombre se veía a sí mismo.
La Falda Deja de ser Para Mujeres

Al ser un movimiento de total ruptura en el sistema, tanto cultural como social, demuestra que la moda puede desafiar los estereotipos de género y de belleza. Es el primer momento en la historia donde se redefine el concepto de identidad y los hombres son participes de esta transformación. Ejemplo de esto es el uso de la falda tartán; prenda de moda que logra posicionarse en el mercado masculino siendo considerada como elemento femenino. Para Yonnet, la falda (kilt) es la única vestimenta masculina concebida según el modelo envolvente de vestidos, y fue llevada al extremo de los trámites unisexualizantes.[9] (Fig. 4)
Uno de los puntos más importantes es que el hombre no se sentía des-masculinizado, creando así una revolución del vestido y resignificando los elementos culturales que conforman la identidad del hombre[10].
El Cambio de Givenchy

Pero lo que realmente le da un verdadero valor simbólico a la colección, es la presentación y uso de estampados floreados en blanco y negro y prendas bordadas con perlas (Fig. 5). En Tarento, la region italiana de donde Tisci proviene, es una zona conflictiva y las perlas son un símbolismo de poder y están reservadas entre los mafiosos, por contraparte, por lo que esta gema tiene una connotación fuerte para la masculinidad, dejando de lado el simbolismo femenino y delicado de la perla (Croci & Vitale, s.f.).
Para Baudrillard la moda impone una movilidad acelerada de signos sociales los cuales cambian y se adaptan dependiendo el individuo[11]. Junto con esto es importante denotar el arquetipo de hombre que presenta en pasarela, hombres de cuerpo más grande, que practiquen deporte y que al mismo tiempo están seguros de su sexualidad. (i-D, 2015)
"Como los diamantes para las mujeres, las perlas pueden ser para los hombres."[12] (Tisci,2015)
La propuesta para los hombres es directa y ambigua, chicos con personailades específicas y fuera de los cánones de las siluetas y medidas de pasarela, algo más real, algo más urbano. Con esto se hace una reconfiguración de cómo debe de verse el hombre, y cómo debe de actar, y con esto viene un cambio directo en el guardarropa que lleva, un cambio en el guardarropa masculino.
Con todo eso se ve que hay una resignificación de elementos y un cambio cultural, en el cual se crea un hombre diferente, una silueta distinta y una manera de vestir que trasgrede toda norma establecida.Evidentemente Tisci está haciendo es una revolución, un cambio de mentalidad. Una marca que presenta encajes, leggins, kilts y lo hace de forma masculina y sin pretensiones, es una marca interesada por comunicar y construir una nueva identidad para los hombres.
Conclusiones
El hombre es un ser social por lo que formar parte de un grupo y sentirse identificado con una filosofía y unas características concretas es una obligación, esto forma parte de una identidad masculina, igualmente, el hombre siente la necesidad de diferenciarse y expresar sus características personales, porque suele tener la sensación de que si no atrae a los demás, no existe.
Como punto fundamental del artículo, se puede ver como el hombre siempre ha tenido una necesidad por tener una identidad. Al perderse con la Renuncia Masculina se entra en un periodo de reestructura, tanto de pensamiento como de valores, llevándolo a un cambio simbólico y significativo con respcto a cómo debía de verse y qué debía de transmitir con sus prendas.
Con esto, todo el "exhibicionismo" masculino y la pretensión de ser considerado hermoso se pierde derivando directamente en rendimiento y trabajo. Anteriormente los hechos realmente importantes y significativos eran los que pasaban en el campo de batalla y en las grandes cortes europeas, principalmente la francesa; se había establecido, por tradición y cultura, un traje elegante y suntuoso que reflejaban ese estatus necesario en la corte. Pero los nuevos ideales que conquistaron las clases sociales fueron el comercio y el desarrollo industrial establecidos junto con la Revolución Francesa.
No fue sino hasta los 50 y 70 que la trasgresión anarquista da un cambio totalmente disruptivo, tanto en valores masculinos como femeninos y empezó a haber una hegemonización de elementos de vestimenta y un cambio de valores para reconfigurar la identidad masculina. Los elementos fememeninos y masculinos dejaron sus respectivo estatus para volverse unisex y de esta forma democratizar un poco más los atuendos, dándoles librtad a los hombres de adoptar una nueva forma de pensamiento, ser más libres y poder construir una identidad.
Sí, es verdad que hay una necesidad constante del cambio y de valores, pero es más profunda la significación que estas pequeñas revoluciones tienen en el pensamiento de los hombres. Todo este cambio cultural tiene como finalidad una resignificación de elementos del vestido y, como resultado, la formación de una nueva identidad masculina en constante construcción y desarrollo, trasgrediendo los signos sociales que determinan una identidad marcada desde hace más de dos siglos, y entendiendo a la moda como un claro elemento transformador de la cultura.
En este sentido, la identidad masculina va más allá de una construcción social que supone una legitimación de un ideal de masculinidad que incluye cualidades y valores construidos y asignados históricamente según los aspectos sociales, étnicos, geográficos y/o de inclinación sexual. Experimentar con la sexualidad y el género ya no es algo nuevo, hay elementos de la moda que simplemenete trata de quitar prejuicios de cómo los hombres deben de actuar, ser y comportarse.
Bibliografía y Fuentes de Información
Apicella, I. (Febrero de 1991). History through Fashion. Recuperado el 18 de Junio de 2015, de Yale-New Haven Teachers Institute: http://www.yale.edu/ynhti/curriculum/units/1991/2/91.02.01.x.html#top
Blanco, M. (27 de Julio de 2012). Londres, historia de la moda masculina. Recuperado el 10 de Junio de 2015, de Amigos Museo del Traje: http://www.amigosmuseodeltraje.com/2012/07/27/londres-historia-de-la-moda-masculina-en-5-parrafos-para-el-londonbloggingday/
Croci, P., & Vitale, A. (s.f.). Los cuerpos dóciles. Hacia un tratado sobre la moda. Buenos Aires, Argentina: La Marca.
Deslandres, Y. (1998). El traje, imagen del hombre. Barcelona, España: Tusquets.
Ferris, R., & Lord, J. (2012). Teddy Boys, A Concise History. Londres, Inglaterra: Milo Books.
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i-D, S. (20 de abril de 2015). Entrevistas de moda: La generación inspiracional del Riccardo Tisci. Recuperado el 25 de junio del 2015, de i-D Magazine: https://i-d.vice.com/es_mx/article/la-generacin-inspiracional-de-riccardo-tisci
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Referencias
[1] Término propuesto por John Carl Flügel en 1935 en su libro Psicología del Vestido.
[2] Esto da como resultado que lo utilitario sea el fin único de las prendas. Un traje sobrio y austero.
[3] "Toda revolución interna está ligada a cambios externos" Pierre Bourdeau, Moda y Poder. Croci & Vitale, Los cuerpos dóciles.
[4] París deja de ser el centro de la moda masculina y el trabajo se volvió parte fundamental de la vida de todo hombre, dejando de lado la frivolidad y el corbatín de encaje.
[5] El surgimiento de Savile Row marca el inicio de una nueva era para el clasicismo y el devenir de una nueva identidad masculina, marcando una producción en especial en las formas y los modos de vestir y ser de los hombres.
[6] Junto con los cambios culturales, nace en Italia la novedad de usar colores en la ropa y una nueva estructura en el estilo masculino..
[7] "La moda es algo más que una innovación efímera de la costumbre" (Sapir, 1967). Tomado de Croci & Vitale, Los cuerpos dóciles. Capítulo 3.3.5, La moda, negación de la costumbre, pág. 131
[8] Tomado de Croci & Vitale, Los cuerpos dóciles. Capítulo 3.4.3, Los punks, pág. 145
[9] Tomado de Croci & Vitale, Los cuerpos dóciles. Capítulo 3.2.5, El paso de fronteras, pág. 113
[10] Según Baudrillard en Los cuerpos dóciles. Capítulo 1.2.4, El objeto de consumo, pág. 51, el cambio simbólico de los objetos depende de la autonomía de los mismos, además de que un objeto con un signo en específico como la falda tartán, tomada como referente de la femineidad, en el sentido en el que se presentó no tenía ya ese significado en cuanto al género y adquirió un nuevo significado en relación concreta a la relación diferencial respecto a otros signos.
Esto tiene que ver con la lógica funcional del valor de uso y la lógica de valor/signo.
[11] Tomado de Croci & Vitale, Los cuerpos dóciles. Capítulo 1.2.4, El objeto de consumo, pág. 54
[12] Fragmento de la entrevista realizada a Riccardo Tisci en el artículo "La generación inspiracional del Riccardo Tisci" i-D Magazine 2015
José Cortés
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